Florence

 

¿Qué es un “wannabe”? Alguien que pretende ser un artista o una persona refinada sin tener las condiciones para ello. Florence Foster Jenkins fue una rica heredera, una mujer de sociedad y una “wannabe”. Ella suponía, equivocándose, que podía cantar ópera. Y no solo eso. Gracias a su dinero y sus contactos, lo hizo muchas veces, incluso en el Carnegie Hall, el mayor escenario musical del Nueva York de la época. Aunque chillaba como una gata en el tejado, su curiosa personalidad y los desvelos de su marido, quien vivía de ella pero la quería sinceramente, le permitieron sobrevivir a los riesgos asociados a la acción de subirse a un escenario y enfrentar a una audiencia sin ninguna condición para entretener a esta.

Esta es la historia verdadera que cuenta “Florence”, la última película de Stephen Frears, el director “Relaciones peligrosas”. No es la primera vez que la biografía de la peor cantante de todos los tiempos se lleva a la pantalla, pero esta ocasión es especial, porque la interpreta nada menos que Meryl Streep, quien hace un trabajo tan extraordinario como podría esperarse. La película es cómica en un 70% y trágica en un 30%. En ambos aspectos depende de la interpretación de Streep, que actúa muy bien acompañada: Hugh Grant nos regala una de sus más encantadoras actuaciones, la mejor desde que envejeció. También es llamativo, aunque algo falso, el desempeño de Simon Helberg, a quien conocemos como a Howard Wolowitz, de la serie “The Big Bang Theory”.

Una película, entonces, muy bien actuada; muy bien ambientada y, pese a su tema, que no es otro que el fracaso, también muy humana. Uno se queda con ganas de profundizar en la condición “wannabe” y sus motivos, pero la ambición del director es otra: mostrar la poderosa fuerza amorosa implicada en el deseo de evitar que un amigo se decepcione. Mientras vemos la película nosotros también caemos bajo el influjo de este deseo, que debe ser uno de los más bonitos de la humanidad.

Publicaciones Similares

Deja un comentario