Sobre el Óscar 2018: Listas y cifras
- De los 24 largometrajes elegidos por el Óscar los mejores del 2017, sólo hemos visto en Bolivia 7.
- Nuestro número –“las 24 mejores películas según el Óscar”– es engañoso: agrupamos en él cuatro categorías distintas. A saber: las 9 nominadas en lengua inglesa, 5 en lengua extranjera, 5 largometrajes animados y 5 largometrajes documentales. Si pensamos según estas categorías, la realidad de su exhibición en Bolivia revela un patrón distinto: veremos en sala la mayoría –con suerte, 6 de las 9– de las nominadas en lengua inglesa y casi todos los largos animados. Pero lo más probable es que no veamos –en sala– ninguna de las mejores en lengua extranjera, incluyendo la nuestra (hay una película chilena: Una mujer fantástica) y mucho menos los mejores largos documentales (entre ellos, el soberbio Caras Lugares de Varda).
- El éxito de taquilla coincide poco con el Óscar. Entre las 9 nominadas a “mejor película”, sólo una está entre las más vistas en 2017: Dunkerque de Christopher Nolan, que recaudó en el mundo 525 millones de dólares. El resto ha tenido un éxito de público modesto (acaso con la excepción de ¡Huye! [Get Out] del comediante Jordan Peele). En cambio, las “mejores películas animadas” son casi todas grandes éxitos de público (Coco ha recaudado hasta hoy 715 millones). En el otro extremo, la recaudación de los mejores documentales y de las mejores películas “en lengua extranjera” es mínima: menos de un millón de dólares.
- Las películas más taquilleras en el mundo fueron el 2017 las películas más taquilleras en Bolivia. Podemos enorgullecernos de esta valiente resistencia a cualquier gesto de autonomía cultural: nuestros gustos siguen al pie de a letra los patrones de la globalización gringa.
- En el mundo, las 10 películas más taquilleras de 2017 fueron: El último Jedi (1.322 millones); La bella y la bestia (1.263); Rápidos y furiosos 8 (1.236); Mi villano favorito 3 (1.034); Jumanji (881); El Hombre Araña: Regreso a casa (880); Wolf Warrior 2 (870); Los Guardianes de la Galaxia 2 (863); Thor 3: Ragnarok (853); La Mujer Maravilla 1 (821). En esta lista, hay poco que no sepamos: todas son sagas o remakes; todas son megaproducciones (a un costo promedio de 200 millones por película); etc. Lo único sorprendente es la presencia en ella de una película de acción china, Wolf Warrior 2, dirigida y protagonizada por Jing Wu. Se podría celebrar –en abstracto– esta perturbación en la fuerza del Imperio, pero no hay que apurarse: el 98% de la taquilla de Wolf Warrior 2 se concentró en China (es un “éxito local”). Y es una cinta de acción genérica y propaganda gruesa: a lado de ella, dicen los expertos, El último Jedi tiene las sutilezas de Shakespeare.
- En Bolivia, las más taquilleras fueron las mismas: Rápidos y furiosos 8 (que recaudó casi dos millones de dólares); Mi villano favorito 3; La Liga de la Justicia; Jumanji; Thor: Ragnarok; El Hombre Araña; La Bella y la Bestia; Los Guardianes de la Galaxia 2; La Mujer Maravilla 1; Transformers 5; El último Jedi. Es una lista que demuestra acaso una fidelidad aún más intensa a ciertas franquicias: aquí todavía somos devotos de los Transformers (que en Estados Unidos no recuperaron ni la mitad de su presupuesto) y relativos bodrios como La Liga de la Justicia nos parecieron atendibles.
- En Bolivia, no un hubo en 2017 un “éxito local”. Según Box Office Mojo (la base de datos de rigor), de los 189 estrenos comerciales en Bolivia en 2017, Las malcogidas de Denisse Arancibia recaudó 70.137 dólares, Bárbara de Pedro Antonio Gutiérrez 41.527 dólares y Luz en la copa de Alejandro Pereyra 108 dólares. Esos números las ubican en los puestos 73, 100 y 186. Nada parecido al éxito de, digamos, Mamá se fue de viaje, la comedia argentina que en Argentina recaudó un poco más de 8 millones de dólares y que ocupó el puesto 6 de su taquilla.
- No podemos atribuir las ya acostumbradas bajas cifras del cine boliviano a nada que tenga que ver con su calidad. Basta pensar en que la nominada al Óscar ¡Huye! recaudó en Bolivia sólo la mitad que Las malcogidas; y que Bárbara obtuvo aquí el triple que Manchester junto al mar (ganadora del Oscar el año pasado). Es claro que el público de salas en Bolivia le hace el quite a todo lo que no tenga superhéroes, explosiones o animación, venga de donde venga.
- ¡Huye! es un caso extraño: una película independiente que costó sólo 4 millones y que recaudó en el mundo más de 250. Y que, de paso, unió a los críticos en su apreciación.
- Entre la crítica seria y el Óscar las diferencias siempre han sido muchas. Sólo 7 de los 24 largometrajes nominados por el Óscar fueron seleccionados entre las 20 mejores de 2017 en la encuesta de críticos más influyente, la de la revista británica Sight & Sound. A saber (y marco con un asterisco las nominadas al Óscar): 1. ¡Huye!* ( Peele); 2. Twin Peaks: El regreso (Lynch & Frost); 3. Llámame por tu nombre* (Guadagnino); Zama (Martel); Western (Grisebach); Caras Lugares* (Varda); Good Time: Viviendo al límite (Hnos. Safdie); Sin amor* (Zvyagintsev); Dunkerque* (Nolan); El proyecto Florida (Baker), Una historia de fantasmas (Lowery); 120 latidos por minuto (Campillo); Lady Macbeth (Oldroy); En realidad, nunca estuviste aquí (Ramsay); Tierra de Dios (Lee); Personal Shopper (Assayas); La forma del agua* (Del Toro); Strong Island (Ford); No soy tu negro (Peck); Lady Bird* (Gerwig).
- Casi todas las cifras que traigo a cuento nos remiten únicamente al cine que se proyecta en salas. Nosotros, en sala vemos poco valioso, así que para hacer nuestra lista de lo mejor del año tendríamos que añadir mucho. Por ejemplo, lo que vimos en Netflix (la magnífica Historias de los Meyerowitz de Noah Baumbach, por ejemplo, u Okja de Bong Joon-Ho); o lo que se pudo ver en Mubi, acaso la mejor cinemateca virtual (por ejemplo, los hipnóticos documentales del alemán Heinz Emigholz); o la piratería.
- O si atendemos algunos confiables blogs de cine, digamos The Academic Hack y The Self-Styled Siren, tendríamos que concluir que la alemana Western de Grisebach y la argentina Zama de Martel fueron las mejores películas de 2017. O que lo mejor del 2017 fue la restauración de Los tallos amargos, una película argentina de 1956, dirigida por el gran Fernando Ayala y que es –según la Sirena en cuestión– “el más negro de todos los films noir” (con un bonus: la fotografía del chileno Ricardo Younis, discípulo de Gregg Toland, fotógrafo de Ciudadano Kane).
Yo de nuevo.
1: Escribo estos comentarios a las críticas del Dr. Souza con el mayor respeto. Siempre que publica algo lo leo con devoción. Y es con una devoción similar que lo admiro (a pesar de que el q’ara de nuestro actual vice le haya dicho que no conocía bien la historia del marxismo -cosa que encuentro falsa).
2: En ese sentido, mi punto no es dar palo porque sí, sino contribuir al ejercicio de «crítica de la crítica» que la misma Carrera de Literatura de la UMSA (venerables instituciones educativas ambas) promoviera hace unos años.
3: Aprovecho, además, para robarle un poco de su fama y renombre con la secreta esperanza de que sus lectores sean los míos también (¡¿qué mayor aliciente y cumplido que ése?!). Soy, pues, un parásito de la fama ajena (o sea, llanamente, un crítico).
4: Solo encuentro dos inconsistencias aparentes en los razonamientos del Dr. Souza. Primero, la aparente equivalencia que hace entre gusto estético (si es que tal cosa siquiera existe) y consumo. No me parece que haya una relación directa entre ambos fenómenos: uno puede consumir algo por otras miles de razones que no sean las del «gusto estético» personal.
5: Segundo: intuyo un doble estándar debido quizás -y aquí especulo- al complejo de inferioridad propio de los sudacas (o sea, en el fondo, por colonialismo interno). ¿Por qué se celebra y abraza el cine de autor sobre-intelectualizado con mínimo esfuerzo narrativo si viene de afuera y cuando se lo ejerce en Bolivia (como al parecer es el caso de «El Averno» -que no tuve el gusto de ver hasta ahora, por razones que escapan a mi control) se lo rechaza por no cumplir con los mínimos narrativos del cine «clásico», «formal»?
Eso. Y no deberían ser tigres a menos, claro, que realmente sean del Tigre. Como el Bajo Vasco traidor (ejemplo si los hay, de mal crítico de cine).