Guía para ver (o no ver) el Óscar 2024
1. El próximo domingo, a partir de las 20:00 –una hora antes de lo acostumbrado–, usted podrá ver los premios Óscar 2024 (a lo mejor del cine norteamericano de 2023). Más allá de círculos cinéfilos, esta es quizá la única ceremonia del cine que el mundo comparte, que mucha gente comenta, en la que se otorgan premios que influyen en la taquilla y que, en nuestro caso, impulsa el estreno en sala de películas que, si no fuera porque han sido nominadas al Óscar, nunca serían estrenadas, acostumbrados como estamos a una dieta cinematográfica casi exclusivamente chatarra.
2. Pero el Óscar ya no es el de antes, por las mismas razones que ningún programa televisado y transmitido en vivo –salvo los deportes– tiene las audiencias de antes. Solo en los últimos diez años, la ceremonia del Óscar ha pasado de ser un espectáculo que veían 40 millones dentro de Estados Unidos y como 200 millones fuera de Estados Unidos a una ceremonia que ven menos de 20 en Estados Unidos y menos de 40 fuera. La mayoría de lo que le prestamos atención esperamos al día siguiente, cuando la lista de ganadores es noticia de primera plana o principal en periódicos y noticieros. Hace 40 años, se dice que mil millones de personas veían la ceremonia.
3. Luego de algunos años sin maestro de ceremonias, este año el Óscar regresó, por cuarta vez, a Jimmy Kimmel, sobrio y competente comediante, disciplinado enemigo de Donald Trump, del que se hace la burla de lunes a jueves en su programa televisivo de la noche (“Jimmy Kimmel en vivo”), y al que Trump ha respondido, sin mucha originalidad, llamándolo, con insistencia, “un perdedor”.
4. Es la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood la que confiere los premios Óscar. Como el nombre sugiere, este no es un sindicato sino un club, al que se ingresa como a muchos clubes privados: por un proceso de selección endogámico (y el pago de una membresía anual). Y, como también suele suceder con los clubes exclusivos, su poca diversidad está a la vista: de sus diez mil y pico de miembros, más del 80% son blancos, el 70% son hombres y, en promedio, es un grupo que se acerca a la tercera edad.
5. Los diez mil y pico miembros de la Academia son los que nominan a los finalistas y eligen a los ganadores. En el proceso de nominación, todos los miembros votan en algunas categorías –mejor película, mejor largometraje animado, mejor película en lengua extranjera– y por rubro en las otras (los actores eligen a los nominados a los mejores actores, los editores a los mejores editores, etc.). A los ganadores finales, en todas las categorías, los eligen los diez mil y pico de miembros.
6. Como en tantos grupos, en este hay un gusto dominante. Hasta hace unos años, se decía que la Academia prefería películas de largo aliento, “épicas”, sobre los que consideraba temas serios y dramáticos (mejor si históricos), narradas en un lenguaje cinematográfico clásico y en un estilo siempre al borde de la grandilocuencia o de la pomposidad. La favorita a ganar este año el Óscar a la mejor película –Oppenheimer de Christopher Nolan– parecería confirmar esta noción o prejuicio. Pero si hacemos un poco de la historia reciente del Óscar, es claro que hablar de un gusto “conservador” dominante es ya injusto: en los últimos diez años, han ganado el premio a la mejor película producciones independientes intimistas e idiosincráticas (Nomadland de Chloé Zhao y Luz de luna de Barry Jenkins), comedias experimentales (Todo en todas partes al mismo tiempo de Kwan y Scheinert) y hasta una sátira social coreana (Parásitos de Bong Joon-ho).
7. Las casas de apuestas suelen ser más precisas en sus pronósticos que los críticos y periodistas de espectáculos. Según esas casas, los ganadores del Óscar de este año están ya cantados. De lejos, la favorita a “mejor película” es Oppenheimer de Nolan, seguida, a mucha distancia, por Pobres criaturas de Lanthimos, Los asesinos de la luna de Scorsese y Los que se quedan de Payne (en ese orden). El irlandés Cillian Murphy, de Oppenheimer, es, también de lejos, el favorito a ganar el Óscar al mejor actor, seguido por Paul Giamatti de Los que se quedan. Emma Stone, de Pobres criaturas, y Lily Gladstone, de Los asesinos de la luna, están empatadas en las apuestas en la categoría “a la mejor actriz principal”, aunque lo más probable es que la segunda gane. Es seguro, se dice, que Robert Downey Jr. ganará el premio a mejor actor de reparto por su interpretación en Oppenheimer y que Da’Vine Joy Randolph hará lo propio por su trabajo en Los que se quedan. Nolan ganará el Óscar al mejor director y la dudosa La zona de interés a la mejor película en lengua extranjera.
8. Nunca había sido tan profundo como en la última década el abismo entre lo que el Óscar premia y lo que la gente va a ver, en masa. Pero este año ha sido diferente: Oppenheimer fue la tercera película más taquillera de 2023 (960 millones de dólares) y entre las diez nominadas a mejor película está Barbie, que fue la más taquillera (1.450 millones). Se ha hablado de cierto cansancio del público con las películas de superhéroes; se ha hablado de cierta escandalosa mediocridad de varias recientes superproducciones, invariables y costosos plomazos (The Marvels, Madame Web); se ha hablado incluso de cierto nuevo apetito, postpandémico, por un cine con un poquito más de sustancia. Ojalá.