Microreseñas: «Jackie»

El quizá más importante director chileno actual, Pedro Larraín («No», «Neruda»), ha logrado realizar este filme sobre uno de los mitos culturales estadounidenses, la «reina de Camelot» (de hecho, como nos cuenta Larraín, de la inventora del sobrenombre «Camelot» para la corte de su marido, JF Kennedy), Jackie Bouvier.

La obra intenta retratar la personalidad de esta mujer a partir de los cuatro días que transcurrieron entre el asesinato y el entierro de Kennedy, así como la forma en que ella sufrió la violenta partida de quién, pese a amar, hacía mucho que ya no podía contar como un verdadero esposo.

El filme intenta, hay que decir, pero no logra. Al menos no de forma persuasiva. Pese a la habilidad de Larraín y a la gran actuación de Natalie Portman en el rol de Jackie Kennedy, el guión de Noah Oppenheim no se decide por un tema de entre los muchos que sugiere, por lo que, pese a los esfuerzos de la excelente banda sonora, no llega nunca a un clímax y no logra conmover.

¿Era una mujer egoísta Jackie? ¿Por qué se acusaba a sí misma de vanidosa? ¿Por qué decía que «hay unas mujeres que quieren el poder en el mundo y otras mujeres (no ella) que quieren el poder en la cama»? ¿Cuál fue finalmente su relación con Bob Kennedy, con los Johnson, con su madre? Todo esto se halla sugerido, pero no se trata a fondo, de modo que nos quedamos sin saber realmente y, peor aún, sin materiales suficientes para adivinar lo que ocurría en verdad.

Tampoco contribuye a la emoción de la película el que Larraín haya optado por un estructura narrativa fuertemente discontinua, que va, sigue, vuelve, salta hacia adelante, todo lo cual impide que el espectador se relaje y se aparte de su «lado racional».

En suma, estamos ante un trabajo interesante, capaz de llevarnos a evocar la historia e incluso, a ratos, de hacérnosla vivir, pero de no ante una fuerte o fascinante obra de arte.

Quienes se hallen obsesionados por la historia contemporánea, amen las intrigas políticas y las buenas imitaciones (y, quizá haya que decir, los que amen a Portman), los que gusten de la música de las películas, tendrán otros tantos motivos para congratularse. Los demás, con tal de que no busquen esclarecimiento o revelación, sino aproximación y entretenimiento, estarán servidos.

 

Publicaciones Similares

Deja un comentario