Loki, la serie
La intención es explorar y explotar cada rincón del Marvel Cinematic Universe (MCU). Puesto que se trata de un universo imaginario, digamos que “potencial”, esta tarea requiere enviar sondas a todos los confines. Las sondas son las series de Disney +. Las películas, en cambio, viajan por el espacio MCU como grandes naves guerreras. Las series demandan un presupuesto más reducido, así que los lanzamientos pueden ser mucho más audaces. Se puede, por ejemplo, combinar géneros, como ocurre en Wanda Vision, la sit. com. protagonizada por superhéroes que la anterior semana fue analizada por mi colega Rodrigo Ayala. En Loki, la idea formal es recrear las manías y las características típicas de la ciencia ficción. Esta serie está hoy en pleno despliegue, con dos tercios ya estrenados de un total de seis capítulos. Sus leit motivs son la discusión de las paradojas del viaje en el tiempo, el abuso de la tele-transportación, los combates cuerpo a cuerpo dentro de lugares cerrados y estrechos, etc. Todo eso que fue popularizado por Star Treak o Dr. Who.
Hay que partir del género para poder apreciar los cuatro capítulos ya publicados de Loki, en especial el segundo y el tercero, que algunos críticos han calificado de tediosos, ya que los personajes charlan largo y tendido para explicar la situación en la que están y la búsqueda que están emprendiendo. Son en efecto tediosos para los que no estén seria o juguetonamente interesados en cuestiones como el “multiverso” o fragmentación del universo en diferentes tiempos y realidades, la existencia paralela de un mismo ser en dos o más universos, la condición sexualmente ambigua de Loki, el dios escandinavo de las trampas, etc. Quien busque en esta serie (y en las otras sobre el MCU que están en Disney +) una versión más acotada de la épica de Avengers, quedará desilusionado.
Sin embargo, la serie arranca en Avengers, justamente. Allí Loki (interpretado por el británico Tom Hiddleston, igual que en la tv.) es detenido por los superhéroes llamados “Los Vengadores”. Esta escena se repite en Avengers Endgame, cuando Los Vengadores viajan en el tiempo para recuperar las gemas del infinito. Entonces se produce una confusión que es aprovechada por Loki para, cogiendo una de estas gemas llenas de poderes (el Teseracto), viajar en el tiempo y librarse de su destino tras el fracaso de la invasión de la Tierra que comandó.
Genera así un “nexus” o evento temporal ilegal, y se convierte en una variante del verdadero Loki en otro momento temporal. Esta variante es detenida por la Autoridad de las Variantes Temporales (AVT), una organización que actúa a lo largo de la existencia –del principio al final del universo – para conservar intacta la “sagrada línea del tiempo”, amenazada por los múltiples viajes temporales que se dan en el MCU.
Se trata de una burocracia de tipo ministerial tan chocante como la que aparece en El destino de Júpiter y otras películas de ciencia ficción. La ambientación es de los años 80: las computadoras tienen la pantalla empotrada, los empleados deben ver videos de inducción de dibujos animados y los datos se archivan en estantes. Todo esto es deleitable para los aficionados. Se trata principalmente de una burocracia policial, que rastrea y detiene variantes, y de un cuerpo de ejecutores, que liquida a los presos o les borra la memoria.
La AVT está dirigida por los Guardianes del Tiempo, un trío de individuos no determinados que, como dice Loki, tendrían que ser, si las cuentas no fallan, los seres más poderosos del universo. Su propósito es evitar la formación de un multiverso y el estallido de una guerra entre diferentes universos y tiempos. Algunos sospechan que esta serie está pensada como introducción de, justamente, esta guerra, la cual ya se ha producido en los cómics.
El carcelero de Loki, Mobius, es interpretado por Owen Wilson, el famoso actor cómico un poco desaparecido últimamente. Esta elección le ha parecido a muchos críticos el colmo de la astucia y el encanto, pero hay que considerar que los críticos estadounidenses tienden a ser complacientes y benévolos con la gigantesca Disney. A mí el desempeño de Wilson se me antoja un poco apagado, aunque lo hace mejor en el cuarto capítulo. Hiddleston, por su parte, es como si hubiera nacido para interpretar a Loki y probablemente ya no pueda ser otro personaje diferente en la percepción del público. Cierto que Loki es más gracioso y sorprendente en las películas que en la serie. El escritor de esta última, Michael Waldron, no logra traer a esta obra la gracia de Rick and Morty, el famoso programa de dibujos para adultos en cuya primera temporada participó.
El objetivo de Mobius es atrapar a otra variante de Loki que parece empeñada en destruir la AVT. Para eso recluta a Loki como asesor criminal. Como en tantas historias del género policial, el delincuente ayuda a la ley. El dios de las trampas acepta contribuir a la conservación del orden pero, por supuesto, esconde su propia agenda. ¿Cuál es esta? ¿Es Loki bueno o malo, en el fondo? ¿Cómo se comportará a la hora de la verdad? Estas son algunas de las preguntas que siempre están asociadas al mito. Pero en este caso también interesa saber qué son realmente la AVT y los Guardianes del Tiempo, cómo afecta la función que cumplen en la marcha del universo y si podrán o no impedir el advenimiento de un multiverso.
El primer capítulo de Loki es atrapante, los dos siguientes son lentos y sus diálogos, débiles, y el cuarto recupera el interés de los espectadores. Falta ver qué pasará en la recta final.