Sobre la Obra reunida de Augusto Guzmán: Siete libros de un autor clásico
por Coral Salazar
La Biblioteca del Bicentenario de Bolivia o la BBB
Una atractiva foto en blanco y negro nos muestra a un Augusto Guzmán joven, irreconocible: delgado, gorra de los años 30, lentes redondos, una gabardina de algodón engomado y tejido impermeable. La imagen nos remite a la Guerra del Chaco (en la que Guzmán fue combatiente) e, indirectamente, a la mejor obra literaria del autor: Prisionero de guerra (1937). Es el retrato que ilustra la tapa del libro Augusto Guzmán: Obra reunida, en la edición de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia o BBB.
“200 libros para los 200 años” es el eslogan del que acaso sea el mayor emprendimiento editorial del Estado en Bolivia. La idea: publicar bien hasta 200 libros en torno al aniversario 200 de vida independiente de Bolivia, es decir, antes y después del año 2025. La Biblioteca se divide en cuatro colecciones: Historias y geografías, Letras y artes, Sociedades y Diccionarios. De las proyectas 41 “obras reunidas”, seis se han publicado, entre ellas esta Obra reunida de Augusto Guzmán.
Breve biografía de un autor famoso
Augusto Guzmán fue un escritor prolífico. Nació en Totora, Cochabamba, en diciembre de 1903. Profesor de las universidades de Cochabamba y La Paz, también ocupó cargos políticos y diplomáticos (fue el encargado de negocios en la embajada boliviana en Paraguay, muchos años después de haber sido prisionero de guerra en el mismo país). Publicó más de 45 obras: relatos, biografías, historias y crítica. Recibió premios por sus obras Tupaj Katari (1944), Baptista (1949) y Panorama de la novela boliviana (1973). Es autor de dos novelas importantes: La sima fecunda (1933) y Prisionero de guerra (1936), aunque quizá su obra más famosa sea el cuento “La cruel Martina”, adaptado al cine en 1989 por Juan Miranda. Fue condecorado en 1985 con la más alta distinción que entrega el Estado boliviano: el Cóndor de los Andes. Murió en Cochabamba en diciembre de 1994.
Qué contiene este libro
En 858 páginas, la Obra reunida de Guzmán reproduce, en ediciones prolijas y cuidadas, siete libros: dos novelas, La sima fecunda (1933) y Prisionero de guerra (1937); dos biografías noveladas, El kolla mitrado (1942) y Tupaj Katari (1944) y los relatos de Cuentos de pueblo chico (1954), Pequeño mundo (1960) y Vereda de sombras (1975). Además, se ofrecen dos estudios introductorios (o uno en dos partes), bibliografías de y sobre el autor y una iconografía. El estudio introductorio fue escrito a cuatro manos: Mariano Baptista traza una semblanza del autor y Virginia Ruiz se detiene en la lectura de las obras incluidas en el volumen.
La obra de Augusto Guzmán
Mariano Baptista Gumucio es un reconocido escritor, historiador, periodista y gestor cultural boliviano. En este volumen, propone un primer estudio introductorio: “Una semblanza: Vida y obra de Augusto Guzmán”, dividido en tres partes: “El hombre íntimo”, “El crítico y el escritor” y “Biografías y otros estudios históricos”. Cada sección explora una faceta de la vida de Guzmán, con mención de las obras que no están incluidas en el volumen, obras que Baptista describe brevemente.
Virginia Ruiz Prado es editora, escritora, traductora y consultora en investigación educativa. Contribuye, a este volumen, una lectura: “Sobre la narrativa de Augusto Guzmán: Entre la comunicación y el silencio”. Ruiz sostiene que tal vez el mayor aporte del autor a la narrativa boliviana tenga que ver con la creación, en sus relatos, de un efecto de lectura: se sugieren cotidianidades que devienen anómalas, tensas e irresueltas. Este estudio de la narrativa de Guzmán se divide en dos partes: “Dos novelas” y “Los otros relatos de Guzmán”. Se comenta, en la primera parte, La sima fecunda en tanto novela de aprendizaje (Bildungsroman) en la que el aprendizaje no se produce, se frustra, mientras que Prisionero de guerra supone lo que Ruiz llama un “aprendizaje obligado” (el traumático de la guerra). En la segunda parte de esta lectura, “Los otros relatos”, Ruiz se demora en la caracterización de la prosa de Guzmán, que describe como sobria, directa, despojada de complicaciones y por lo general funcional a un solo tema: la relación con el otro, diferente por su cultura, clase o género. Ruiz concluye su estudio identificando en la narrativa de Guzmán una fructífera tensión entre su voluntad de comunicación (que parece querer decirlo todo) y la interferencia de una fuerte dosificación de la información (elipsis, saltos, malentendidos, vacíos). Es esa tensión, propone, la que conduce al efecto de lectura de la cual hablaba al principio.
Recomendaciones finales
Por una módica suma el lector tiene en sus manos 858 páginas o siete libros de un autor clásico de la literatura boliviana. El libro es atractivo (el papel, la tapa, la impresión) y los estudios introductorios y fotografías ayudan en la lectura. La Obra reunida de Augusto Guzmán es la materialización del entusiasmo con el que podemos celebrar 200 años de vida boliviana.