Ustedes brillan en lo oscuro y el mundo de los premios
por Vanessa Artieda.
Vivimos una época repleta de premios. Existen premios para todo, aunque,
independientemente de qué sea lo que se esté premiando, podemos organizar los premios
en dos categorías (que a veces se superponen, a veces no): premios de prestigio y premios
económicos. En el caso de la literatura, algunos de los premios más prestigiosos son
archiconocidos: el Booker, el Pulitzer, el Goncourt y el Franz Kafka. Y hay los que,
además de cierta cantidad de prestigio, suponen una buena cantidad de plata: The Million´s
Poet (1.200.000 euros), el Planeta (1.000.000 euros que, el año pasado, fueron ganados por
una Carmen Mola que resultó ser tres hombres), el Memorial Astrid Lindgren (442.600
euros), el Ibsen (255.000 euros).
La cantidad de convocatorias para concursar en premios es inmensa. Solo para el
mes de octubre de 2022, por dar un ejemplo, había más de 50 convocatorias a premios para
países de habla hispana, algunos con requisitos específicos –de edad, género, nacionalidad,
temática– y otros no. En Bolivia, los premios, en cambio, no son muchos: apenas más de
media docena y menos de una, en todo el año. Y son pocos los autores bolivianos que han
ganado los más prestigiosos premios afuera, entre tantos que hay. Por ejemplo: Pedro
Shimose ganó el Premio Casa de Las Américas (Cuba) de 1972 por su poemario Quiero
escribir pero me sale espuma. Homero Carvalho obtuvo el Premio Único Latinoamericano
de Cuento (México) de 1981 con “Joñiqui”. Edmundo Paz Soldán ganó el Premio Juan
Rulfo (París) de 1997 por su relato “Dochera”. Rodrigo Hasbún recibió el Premio Unión
Latina a la Novísima Narrativa Breve Hispanoamericana (París) de 2008 con “Familia”.
Wilmer Urrelo ganó el Premio de Literatura Anna Seghers (Berlín) en 2012 con su novela
Hablar con los perros. Giovana Rivero obtuvo el Premio Internacional de Cuento Cosecha
Eñe (España) de 2015 con “Albúmina”. Magela Baudoin ganó el Premio Hispanoamericano
de Cuento Gabriel García Márquez (Colombia) de 2015 por su libro La composición de la sal
(con sus 100.000 dólares, este el mayor que haya ganado un escritor boliviano).
El último de los premios para un escritor boliviano fue el recibido por Liliana Colanzi,
que el 2022 obtuvo VII Premio Ribera del Duero (España) por su libro de cuentos Ustedes
brillan en lo oscuro. Creado el 2008, este concurso se realiza cada dos años y se otorga a un libro
inédito de cuentos escritos en español sin importar la nacionalidad del autor o de la autora. El
ganador del premio recibe 25.000 euros y la publicación de su libro por la editorial española
Páginas de Espuma. Los ganadores de este premio han sido hasta ahora: Javier Sáez de Ibarra,
Marcos Giralt Torrente, Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin, Antonio Ortuño, Marcelo Luján,
además, claro, de Colanzi. Ya antes, Colanzi había ganado o casi ganado otros: el Premio
Internacional de Literatura Aura Estrada del 2015, por ejemplo, y fue finalista del Premio
Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez del 2017 con el libro Nuestro mundo
muerto.
Puede ser que el hecho de que una obra gane un premio sea prueba suficiente de que es
buena. Pero puede ser que no. Los lectores tendrán que descubrir precisamente eso en este caso,
el libro Ustedes brillan en lo oscuro de Liliana Colanzi.