Este libro no solo es una denuncia de una forma particularmente insidiosa de violencia social, sino un replanteamiento de la historia entera de Bolivia a la luz del desvelamiento de su racismo estructural.
Muestra los mecanismos económicos y conductuales, impersonales y personales, por los cuales la jerarquía étnico-racial colonial, con los blancos arriba y los indios abajo, se ha reproducido a través de los siglos hasta nuestros días.